I.A



martes, 24 de junio de 2008

¿Se tendra algun dia una maquina que sea igual al hombre?


Esto es algo muy difícil de responder. Nunca podremos llegar con una máquina y preguntarle: ¿Qué sientes?, es probable que nos responda cualquier cosa pero esa respuesta fue programada por los diseñadores. Si es difícil saber qué piensa otra persona incluso uno mismo, entonces es mucho más difícil saber si una máquina sentirá algo o tendrá conciencia de saber que es lo que está pensando o sintiendo.
En los juegos de ajedrez por computadora se tiene un modelo de lo que puede ser un desarrollo de variantes de procesamiento de la información. La computadora está “pensando” que jugada hará, pero nunca se comparará con un hombre porque el hombre está procesando la jugada que realizará pero en su entorno, tiene la presión del público, de sus preocupaciones personales, de su estado de ánimo. La máquina solo está pensando su próxima mejor jugada. Pero atención: una computadora ya le ganó a Gary Kasparov campeón mundial de ajedrez, cosa que ya preocupa a los que no son entusiastas de la IA.
Pero hay quienes salen en defensa de los robots como lo hizo Carl Sagan y menciona que si así como el ser humano hace gala de un chauvinismo, las personas blancas de racismo y los hombres de sexismo, no habrá algo así como una actitud de especiismo, esto porque no se pueda asimilar que una máquina podrá ser como el hombre, sobre todo del complejo de inferioridad que se siente cuando vemos como una calculadora nos hace operaciones de cifras grandísimas con decimales en una fracción de segundos o de ver como una computadora nos selecciona y filtra información de una base de datos inmensa.
Y ahora, supongamos que se deciden a hacer una máquina que piense como un hombre. ¿Pero como va a aprender?, ¿se le introducirán todos los datos de todo lo que conoce un ser humano promedio y algo más?, o ¿se le programará para que aprenda como lo va haciendo el hombre desde que es niño?.
Increíblemente ya se están haciendo proyectos de las dos formas anteriores llamadas vertientes Simbólica y Conexionista entre ellos el proyecto Cyc, con el cual se le han introducido datos que analizará la propia computadora y tomará decisiones por sí misma, este proyecto está por terminarse y se supone que los resultados serán los de la inteligencia de un niño de 2 años.
Pero y ¿qué pasará si la inteligencia de estas máquinas es tal que pretendan dominar al hombre y crear máquinas hijas de sí mismas?, recordemos que están aprendiendo a pensar y reciben todo lo que está en su entorno, o ¿qué pasa si alguien con ideas destructivas le atiborra de información dañina a la computadora para afectar al hombre o al planeta?. Con todo esto valdrá la pena entonces hacer máquinas que emulen al hombre.
Bueno como en todo, si está en malas manos será peligroso, pero si es por el bien entonces imaginemos a esas máquinas entrando a lugares donde no puede acceder el hombre, o ser empleado en pruebas donde la vida de un individuo corre peligro, o la seguridad que proporcionaría ante algún ataque delictivo. En fin veremos que nos depara la tecnología en los próximos años.

¿Alguna vez pensaran las maquinas?


Allá por el año 1950, Alan Turing, un matemático británico, propuso un experimento: En un cuarto (A) y en un cuarto (B) estarían una máquina y un hombre, afuera una persona estaría haciendo una serie de preguntas que responderían indistintamente los ocupantes de los cuartos A y B. Las preguntas serán por algún teletipo para que no se detecten declinaciones de voz.
Cuando la persona que pregunta, no sepa distinguir quien es la máquina y quién es el hombre, entonces se habrá conseguido una máquina inteligente. Alan Turing aventuraba a decir que dicha máquina se conseguiría realizar en unos 50 años. Pues bien, han pasado ya poco más de 50 años desde que lo mencionó y no se ha logrado superar la prueba.
La Inteligencia Artificial (IA), también conocida, aplicada o involucrada a términos como Robótica, Autómatas, Sistemas Expertos, etcétera, es una disciplina que envuelve a varias ramas de estudio: la ingeniería, la computación, la psicología, la física, la medicina, la filosofía, la teología y lo que se acumule.

¿Cómo podríamos hacerle para que una máquina piense?. Alguna vez un investigador mencionó que el cerebro no es mas que una máquina de carne. Tomando esta declaración, entonces porqué no lo podrá hacer el Silicio o el Germanio que son los materiales con los que se fabrican los chips.
El cerebro, en funcionamiento, está procesando información que se transmite por medio de impulsos electroquímicos activados por las neuronas que son las células de las cuales está constituido el cerebro y que almacenan la información y la difunden a otros sectores del cerebro donde sea requerido.
Existen unas 100 mil millones de neuronas en el cerebro humano aunque no todas se ocupan, de hecho a diario desde que cumplimos 20 años, se pierden unas 50 mil. Pero las neuronas tienen acciones propias, ¿cómo es que se las arreglan para diferenciar o dirigirse a algún lugar del cerebro y procesar un recuerdo, hacer un cálculo, mantener el latido del corazón, subir unas escaleras, sentir dolor, etcétera, etcétera?.
Dentro de cada chip o circuito integrado, existen los semiconductores en diferentes arreglos con los cuales nos dan una función específica. El fundamental, es el DIODO.
Este dispositivo permite que fluya o no, un impulso eléctrico, puede ser dicho impulso, lo que conocemos como (Bit), prendido o apagado, cero o uno.
La disposición de diodos en un circuito electrónico nos puede dar un TRANSISTOR, con el cual podemos tener por lo menos tres alternativas para que fluya un par de impulsos eléctricos. El transistor encapsula a los diodos y por eso está constituido como un solo dispositivo. Con un par de transistores ya se pueden hacer por lo menos efectos de luces secuenciales de Leds como los que vemos en adornos para autos.
Ahora bien, un conjunto de transistores conectados de determinadas formas y encapsulados nos dá una compuerta lógica. La compuerta lógica, es un dispositivo que constituye una serie de operaciones condicionadas para los impulsos eléctricos. Es decir, podemos tener muchos unos y ceros, prendidos y apagados, pasa o no pasa. Con una o dos compuertas lógicas ya se pueden hacer contadores de tiempo o sumadoras básicas, incluso chapas de seguridad electrónicas.
Un conjunto de compuertas lógicas a gran escala y de pequeña integración de encapsulado digamos de 4 X 4 cm, ya nos dá un microprocesador que puede realizar millones de instrucciones por segundo (MIPS), es decir, millones de encendidos y apagados, de unos y ceros, millones de bits procesándose.
Con un microprocesador ya podemos hacer computadoras, máquinas que realizan una tarea especifica en la superficie de un planeta como recoger material de su suelo envolverlo y analizarlo, viajar al espacio sin perder la dirección, detectar dónde hay luz y seguirla o dónde hay una colina y darle la vuelta o graduar el combustible necesario para expulsarlo por los inyectores de un auto, un avión o una nave espacial.
Pues bien, si el cerebro tuviera que hacerse con los microprocesadores, compuertas, transistores, diodos, etc, con los que actualmente contamos, tendría el tamaño de una central eléctrica y tardaría varios miles de años en terminarse.

lunes, 23 de junio de 2008

Inteligencia Artificial


Se considera una Inteligencia Artificial (IA) a todo programa capaz de tomar decisiones de manera autónoma basándose en una serie de parámetros establecidos, y lo más importante, modificar dichos parámetros teniendo en cuenta los resultados obtenidos de sus anteriores decisiones. Es decir, un programa con iniciativa propia y capacidad de aprendizaje.

Esta definición de inteligencia está claramente basada en el único ejemplo de inteligencia que se conoce, la del hombre. Sin embargo se desconoce el funcionamiento exacto de la mente humana o de la máquina que lo contiene, el cerebro, por lo que no es posible crear a priori un programa que se comporte de forma inteligente. Todos los desarrollos en el campo de la IA han servido para diseñar programas o algoritmos que aprenden captando datos de su entorno y son capaces de mostrar cierta seudointeligencia, pero el sueño de una IA está muy lejos en el futuro. Éste es el elefante blanco de los teóricos de la cibernética, que llevan décadas trabajando en este campo.

Uno de estos teóricos, el británico Alan Turing, diseñó una prueba que permitiría distinguir si un programa presenta inteligencia. El llamado Test de Turing es ahora la herramienta clásica para diferenciar a un buen programa de una supuesta IA. El test es en principio muy simple: Un encuestador situado en una habitación aislada hace a través de un micrófono, teclado o cualquier otro dispositivo pregunta sobre un tema determinado. Las preguntas llegan simultáneamente a la inteligencia en cuestión y a una serie de expertos humanos. Se dice que la inteligencia ha pasado el test cuando el encuestador es incapaz de distinguir las respuestas que llegan de los expertos humanos de las que da la inteligencia. Cuanto más se restringe el tema sobre el que se hace el Test de Turing, más sencillo es construir una IA sobre dicho tema (lo que hoy en día se conoce como sistema experto) Así, en las subastas por la red ciertos mecanismos de inteligencia artificial conocidos como Agentes Autónomos consiguen mejores resultados que los participantes humanos, aunque existen ciertos campos, como el de los lenguajes naturales, que son los empleados por los humanos, en los que todavía no se ha conseguido un programa con una mínima inteligencia (basta con ver los traductores automáticos disponibles en la actualidad)

El tema de la IA ha sido tratado exhaustivamente en la ciencia-ficción y aparece en innumerables obras. Como siempre, los escritores entran sin reparos en donde los ángeles no se atreven a pisar y generalmente las IA´s de la ciencia-ficción pasan el Test de Turing sobre cualquier tema sin ningún problema.

En general se considera que el soporte de una IA es un ordenador, al igual que el cerebro es el soporte de nuestra mente, pero hay soluciones para todos los gustos. En un principio se supusieron como simples extrapolaciones de la incipiente tecnología informática del momento, tal como ocurre con Multivac de Isaac Asimov o con el superordenador diseñado para la guerra descrito por Albert Compton Friborg en AMOR DESINTERESADO, en ambos casos unos enormes artefactos que ocupaban edificios enteros y funcionaban a base de válvulas de vacío. Más futuristas resultan los hipotéticos desarrollos de aquella tecnología tales como los relés rodomagnéticos de LOS HUMANOIDES, de Jack Williamson, o las esferas de platino-iridio de los robots positrónicos de Isaac Asimov.

Hoy en día, por el contrario, el soporte más habitual son los ordenadores tal como los conocemos actualmente, es decir, máquinas que utilizan microchips. Otros autores basan sus IA´s en ordenadores cuánticos, como es el caso de Michael Crichton en RESCATE EN EL TIEMPO (1999-1357), o los desinhibidos y gamberros ordenadores biocuánticos imaginados por Eduardo Gallego y Guillem Sánchez en su serie de novelas del Unicorp.

Algunos autores han supuesto avances en la tecnología que permitirían el desarrollo de la IA fuera incluso de un soporte físico, como las válvulas hiperespaciales empleadas por el AC cósmico y universal de LA ÚLTIMA PREGUNTA, de Isaac Asimov, la red de ansibles que sirve de soporte a Jane en los libros de la Saga de Ender, de Orson Scott Card, o el psicoanalista virtual Sigfrid von Schrink de la serie Pórtico de Frederik Pohl.

Otro punto importante es cómo se desarrollaría una IA. Se puede citar a HAL 9000, la brillante computadora de 2001, UNA ODISEA ESPACIAL, de Arthur C. Clarke, del que se describe que es generado por un proceso aleatorio de aprendizaje, realizado sobre una estructura de tipo neuronal, y que acaba produciendo una inteligencia que debe desarrollarse como un ser humano normal, pasando por toda una serie de etapas educativas (aunque mucho más rápido que un ser humano) hasta que tiene la suficiente capacidad para cumplir su misión. Un caso similar es el descrito por el español Domingo Santos en su reciente novela corta LA SOLEDAD DE LA MÁQUINA. Sobre un ordenador llamado simplemente Nave, puesto que en realidad él es la nave, recae la responsabilidad de transportar a varios miles de colonos hibernados. Durante su viaje acaba desarrollando toda una serie de funciones mentales netamente humanas, llegando a experimentar una grave crisis de soledad al verse privado de compañía.

Otro ejemplo son las IAs que hacen de receptores automáticos de correo en CIUDAD PERMUTACIÓN, de Greg Egan, que realizan también su aprendizaje utilizando redes neuronales. El concepto de una IA que se desarrolla de forma aleatoria imitando el crecimiento de una mente humana ha sido bastante usado, aunque puede tener sus desventajas: En EL JUGADOR de Iain Banks la Cultura desarrolla sus Mentes y Unidades basándose en una aproximación de este tipo, pero a veces se crean individuos inadaptados cuyas psicología queda muy lejos de los fines originales.

Consideraciones aparte sobre las características de las IAs, la ciencia-ficción las ha utilizado como eje central para algunas de las mejores obras de los últimos años. El ejemplo más emblemático es sin duda HYPERION, de Dan Simmons, en la que la Hegemonía del Hombre convive en una tensa paz con el Tecnonúcleo, la comunidad de IA´s que pretende alcanzar sus propias fines a costa de la humanidad. Las famosas Matrix, de los hermanos Andy y Larry Wachowski, y TERMINATOR y sus secuelas de James Cameron, giran también en torno a guerras futuras entre los humanos y las IA´s. Este posible enfrentamiento entre las inteligencias biológicas y las mecánicas, definido por Asimov como el Complejo de Frankenstein, es ya uno de los tópicos del género y ha sido desarrollado por autores como Gregory Benford, Greg Bear y los españoles Javier Redal y Juan Miguel Aguilera.

Conviene advertir, por último, que los conceptos de inteligencia artificial y robot son en principio diferentes, ya que un robot no tiene por qué poseer inteligencia artificial, y un ordenador soporte de una inteligencia artificial no tiene por qué poseer cuerpo. Sin embargo, los robots ideados por los autores de ciencia-ficción suelen poseer en muchos casos (aunque no siempre) inteligencia artificial.

Breve historia de la Inteligencia Artificial


Los esfuerzos por reproducir algunas habilidades mentales humanas en máquinas y androides se remontan muy atrás en la historia. El mito del coloso de Rodas entre los griegos, las estatuas "parlantes" del medioevo, el androide de Von Kempelen que jugó al ajedrez con Napoleón, y el "motor analítico" de Charles Babbage que calculaba logaritmos, son sólo algunos de los ejemplos de este antiguo interés. Igualmente, la concepción de la inteligencia humana como un mecanismo no es reciente ni ha estado disociada de la psicología: Descartes, Hobbes, Leibniz, y el mismo Hume se refirieron a la mente humana como una forma de mecanismo.
Durante el siglo XIX y la primera mitad del XX, las analogías biológicas y fenomenológicas desplazaron a la noción de mecanismo en el estudio de la mente humana. Sin embargo, a partir de la segunda mitad de nuestro siglo, la noción de mecanismo renovó su poder heurístico con la formalización de la noción de "computación".

Como algunas máquinas, especialmente las calculadoras, se diseñaron para evitar el tener que pensar y para hacer el pensamiento más rápido y exacto, fue inevitable que desde sus orígenes las calculadoras, y más adelante las computadoras, se relacionaran con la inteligencia y el pensamiento enfatizando sus similitudes.

La IA fue introducida a la comunidad científica en 1950 por el inglés Alan Turing en su artículo "Maquinaria Computacional e Inteligencia." A pesar de que la investigación sobre el diseño y las capacidades de las computadoras comenzaron algún tiempo antes, fue hasta que apareció el artículo de Turing que la idea de una máquina inteligente cautivó la atención de los científicos.

La pregunta básica que Turing trató de responder afirmativamente en su artículo era: ¿pueden las máquinas pensar? Los argumentos de Turing en favor de la posibilidad de inteligencia en las máquinas, iniciaron un intenso debate que marcó claramente la primera etapa de interacción entre la IA y la psicología. Los debates en aquella época se centraron en el análisis de la serie de problemas implicados en la aplicación de términos mentalistas a las computadoras. La intención de Turing no era la de usar estos términos como analogías sino la de eliminar la distinción entre inteligencia natural e inteligencia artificial.

Dos de las contribuciones más importantes de Turing a la IA fueron el diseño de la primera computadora capaz de jugar ajedrez y, más importante que esto, el establecimiento de la naturaleza simbólica de la computación.

El trabajo de Turing, quien falleció prematuramente, fue continuado en los Estados Unidos por John Von Neumann durante la década de los cincuentas. Su contribución central fue la idea de que las computadoras deberían diseñarse tomando como modelo al cerebro humano. Von Neumann fue el primero en "antropomorfizar" el lenguaje y la concepción de la computación al hablar de la "memoria", los "sensores", etc., de las computadoras. Construyó una serie de máquinas utilizando lo que a principios de los cincuentas se conocía sobre el cerebro humano, y diseñó los primeros programas almacenados en la memoria de una computadora.

Sin embargo, esta línea de investigación pronto encontró serias limitaciones. La concentración en la imitación de la constitución físico-química del cerebro, no permitió ver, a Von Neumann y sus seguidores, que la analogía sería mucho más eficiente si se estudiaran las funciones del cerebro, es decir, sus capacidades como procesador de información.

Corresponde a McCulloch, a mediados de los cincuentas, formular una posición radicalmente distinta al sostener que las leyes que gobiernan al pensamiento deben buscarse entre las reglas que gobiernan a la información y no entre las que gobiernan a la materia. Esta idea abrió grandes posibilidades a la IA. En esta línea, Minsky (1959), uno de los padres fundadores de la IA, modificó su posición y sostuvo que la imitación del cerebro a nivel celular debería ser abandonada.

Es más o menos en esta época que ocurre un evento que organizaría y daría un gran impulso al desarrollo de la IA: el congreso en Darthmouth (1956). En este congreso, en el que se reunieron los padres fundadores de la disciplina, se llegó a la definición de las presuposiciones básicas del núcleo teórico de la IA:

1. El reconocimiento de que el pensamiento puede ocurrir fuera del cerebro, es decir, en máquinas

2. La presuposición de que el pensamiento puede ser comprendido de manera formal y científica

3. La presuposición de que la mejor forma de entenderlo es a través de computadoras digitales
Desde fines de los cincuentas la investigación en IA se expande y se multiplica en direcciones diversas. La capacidad simbólica de las computadoras es estudiada, entre otros, por Shanon (1950) y por Newell, Shaw y Simon (1958) quienes diseñan el primer programa inteligente basado en su modelo de procesamiento de información. Este modelo de Newell, Shaw y Simon habría de convertirse pronto en la teoría dominante en psicología cognoscitiva.

Algunos investigadores se dedicaron al estudio de la naturaleza del aprendizaje en las computadoras y a los procesos de reconocimiento de patrones visuales. Como resultado de ello Selfridge y Dinneen consiguen diseñar el primer programa capaz de aprender por experiencia (ver McCorduck, 1979).

sábado, 21 de junio de 2008

Inconvenientes de la Inteligencia Artificial

El problema del conocimiento humano es que es —en gran parte— implícito, tácito e intuitivo, fruto de la integración de las percepciones, de la cultura y de la información contenida en su material genético. Guardarlo no es lo difícil; lo complicado es poder adquirirlo, representarlo y organizarlo adecuadamente.

Otro problema adicional es que no es estático, ya que se modifica con el transcurso del tiempo. En efecto, la experiencia directa transforma a la persona, moldeando su estructura de conocimientos y sus esquemas de pensamiento. Es necesario encontrar formas adecuadas para actualizar todo el "saber”, para que la nueva pieza de información "fluya en cascada” a lo largo de la vasta red de conocimientos interconectados.

Para que un sistema artificial sea considerado inteligente tendría que ser capaz de mejorar su comportamiento de forma incremental, tanto aceptando consejos del usuario como aprendiendo a partir de su propia experiencia.

Por último, está el problema de la extracción de la información pertinente; es decir, distinguir lo crucial de lo trivial. La red de conocimientos debe estar organizada de manera tal que el sistema no sólo pueda encontrar cada elemento de información con facilidad, sino también que tenga alguna forma de saber qué hechos pueden ser concernientes para ayudar a resolver el problema en cuestión.

Para algunos investigadores, en vez de tener un modelo del mundo programado dentro de la máquina, es mejor que ésta lo pueda adquirir a través de su propia "experiencia perceptiva”.

Según el filósofo americano Hubert Dreyfus, sin un cuerpo material no se puede hablar de inteligencia general. En el ser humano, ésta se asienta sobre un organismo, un cuerpo que es extremadamente complejo: tiene percepciones, sentimientos y emociones desarrolladas a lo largo de millones de años de evolución.

Sin embargo, el acercamiento que predominó —hasta ahora— fue el de una inteligencia artificial descorporizada; es decir, máquinas sin cuerpo, aunque quizás puedan llegar a alcanzar la capacidad de razonamiento humana… o aun sobrepasarla holgadamente.

El enfoque basado en agentes considera que una inteligencia auténtica y genuina sólo es posible si el agente físico a) "está corporizado” (tiene un cuerpo y experimenta el entorno de manera directa), b) "está situado” (está inmerso dentro de un entorno tanto físico como social) y c) "desarrolla un proceso epigenético” (va desarrollando complejas estructuras cognitivas que emergen como resultado de su interacción dentro de un entorno físico y social).

Para interactuar con el medio ambiente el agente debe ser capaz de percibir, razonar y actuar. En otras palabras, debe poseer adecuados sensores que le permitan recolectar información (percibir); tiene que ser capaz de convertir esa información en conocimiento y poder utilizarlo para alcanzar sus objetivos (razonar); y debe disponer de apropiados efectores que le permitan modificar el entorno

La expresion de la Inteligencia artificial

La expresión "inteligencia artificial” (abreviada IA) suele aplicarse a la reproducción de los complejos procesos cognitivos que caracterizan al comportamiento del hombre, con el fin de volver más útiles a los sistemas informáticos.

Pero, a pesar de que esta disciplina ha sido capaz de imitar eficientemente algunas de las funciones "superiores” de la inteligencia humana como el razonamiento, la resolución de problemas, la toma de decisiones y la manipulación y el almacenamiento de enormes cantidades de datos; todavía no pudo duplicar el sentido común de un niño de corta edad ni la capacidad sensomotora de un vulgar insecto.

Y es justamente la ausencia de esta última habilidad lo que limita su capacidad de desarrollo. De la misma forma que la mente de un niño seguramente se atrofiaría de modo irreversible si fuese encerrado en una celda sin contacto con el mundo, la ausencia de comunicación directa con la realidad exterior de los sistemas de IA —hasta ahora— no les ha permitido desarrollar todo su potencial.

A fin de que participen activamente del "mundo humano”, se necesitaría que las máquinas puedan reconocer su entorno, aceptando información en formatos muy variados y no sólo estandarizados.

Aunque todavía en una situación incipiente, los dispositivos análogos a los sentidos humanos comienzan a estar presentes en las máquinas, tornándolas mucho más efectivas. De esta manera, las "computadoras inteligentes” ya pueden conversar con personas en lenguaje natural y reconocer la escritura manual o las imágenes, aunque dentro de un entorno muy restringido, acotado, específico, limitado.

Por ejemplo, estas máquinas pueden reconocer la voz humana, pero es necesario hablarles con una entonación correcta; también pueden sintetizar voces en varios idiomas, con diferentes entonaciones fonéticas (hombre o mujer, niño o viejo), y en diferentes estados psicológicos (irritación, ansiedad, o miedo, entre otros), aunque sus registros sonoros carecen de la calidez típicamente humana.

Incluso, son capaces de traducir frases simples, pero se descarrilan por modismos, metáforas o expresiones no gramaticales. Asimismo logran distinguir imágenes y reconocer objetos diseñados, siempre y cuando estén claramente resaltados del fondo.

El empleo de sensores supone una ventaja considerable para las inteligencias artificiales, ya que tienen mayor sensibilidad y precisión que los sistemas sensoriales del hombre. Incluso pueden medir variables extrañas a éste, como las radiaciones energéticas o concentraciones de sustancias químicas. No obstante, para interactuar adecuadamente con el mundo real en general, y con el ser humano en particular, se necesita algo más que simples sensores.

Las personas nacen con sistemas sensoriales apropiados para recibir señales, con un cerebro adecuado para procesarlas y adquieren rápidamente el conocimiento necesario para comprenderlas. Pero nacen sabiendo muy poco y sólo después de bastante tiempo logran aprender a construir una casa, a diseñar un automóvil o a diagnosticar una enfermedad; para ello se precisa acumular suficientes conocimientos durante muchos años.

Aparentemente la destreza (o la inteligencia, si se quiere) no depende tanto de los métodos de razonamiento, como se creía antes, sino fundamentalmente de la capacidad de utilizar —en formas diferentes— grandes cantidades de conocimientos, de varios tipos. Pero la mera acumulación de información no sirve; lo verdaderamente útil es la competencia para actuar, para saber aplicar ese conocimiento. Pero para eso, uno debe "interiorizarlo”, a fin de que pase a formar parte de uno mismo.

martes, 17 de junio de 2008

La hora

¿Que es la inteligencia artificial?

viernes, 13 de junio de 2008

Inteligencia Artificial


LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Es una rama de la Informática que pretende desarrollar programas en los que el ordenador desarrolle conductas típicas de los seres inteligentes. Tmabien es una de las disciplinas mas nuevas.

Conocida también como IA. Parte de la informática dedicada al estudio de la simulación de inteligencia en programas. Suelen utilizar técnicas complejas similares al razonamiento humano.Existen dos opiniones referentes a la IA: Fuerte (Strong), la cual piensa que se podrán crear ordenadores inteligentes y con razón; Débil (weak), quienes piensan que pueden simular muy bien el cerebro humano, pero sólo simular.

Formalmente se inicia en 1956 cuando se acuñó este término, sin embargo el estudio de la inteligencia contemplada como el razonamiento humano viene siendo estudiado por los filósofos hace más de 2 milenios.
La inteligencia artificial es la ciencia que enfoca su estudio a lograr la comprensión de entidades inteligentes. Es evidente que las computadoras que posean una inteligencia a nivel humano (o superior) tendrán repercusiones muy importantes en nuestra vida diaria.
En realidad los animales no son inteligentes, lo que hacen se debe a su intuición. A diferencia de los seres humanos que se caracterizan por su razonamiento.

En la siguiente figura se presentan definiciones de lo que es la inteligencia artificial. Estas definiciones varían en torno a dos dimensiones principales. Las que aparecen en la parte superior se refieren a procesos mentales y al razonamiento, en tanto que las de la parte inferior aluden a la conducta. Por otra parte, las definiciones de la izquierda miden la condición deseable en función de eficiencia humana, mientras que las de la derecha lo hacen de conformidad con un concepto de inteligencia ideal, denominado racionalidad.

Ejemplos:
Almacenar la suma de dos variables (x , y) en otra variable denominada z , en donde:
x = 1
y = 1
z = x + y
z = 2
(Sistemas que piensan)
Al retirar la mano de una hornilla caliente. Esto es un acto reflejo mucho más eficiente que una tardía actuación emprendida después de una cuidadosa deliberación.
(Sistemas que piensan racionalmente)
Semáforos inteligentes que se encuentran en Europa y evitan por medio de sensores el congestionamiento de tráfico
(Sistemas que actúan racionalmente)

Actuar como humano: El enfoque de la prueba de Turing
La prueba de Turing (Alan Turing 1950) intenta ofrecer una definición de Inteligencia Artificial que se pueda evaluar. Para que un ser o máquina se considere inteligente debe lograr engañar a un evaluador de que este ser o máquina se trata de un humano evaluando todas las actividades de tipo cognoscitivo que puede realizar el ser humano.
Si el diálogo que ocurra y el número de errores en la solución dada se acerca al número de errores ocurridos en la comunicación con un ser humano, se podrá estimar -según Turing- que estamos ante una máquina "inteligente".

Hoy por hoy, el trabajo que entraña programar una computadora para pasar la prueba es considerable. La computadora debería se capaz de lo siguiente:
Procesar un lenguaje natural: para así poder establecer comunicación satisfactoria, sea en español, inglés o en cualquier otro idioma humano.
Representar el conocimiento: para guardar toda la información que se le haya dado antes o durante el interrogatorio. Utilización de Base de Datos para receptar preguntas y luego almacenarlas.
Razonar automáticamente: Utiliza la información guardada al responder preguntas y obtener nuevas conclusiones o tomar decisiones.
Autoaprendizaje de la máquina: Con el propósito de adaptarse a nuevas circunstancias. El autoaprendizaje conlleva a la autoevaluación.

Para aprobar la prueba total de Turing, es necesario que la computadora esté dotada de:
Vista: Capacidad de percibir el objeto que se encuentra en frente suyo.
Robótica: Capacidad para mover el objeto que ha sido percibido.